El coste de vivir aumenta supera los 5.100.- € al año para las familias

  • El estudio realizado por la Unión de Consumidores de Málaga señala que el coste de la vida, en general, ha sufrido un asfixiante incremento de 426,44 € mensuales, lo que se traduce en 5117,28 € al año.
  • Para hacer frente a la subida de precios en bienes y servicios básicos, el 62,5 % de los encuestados manifiesta haber reducido o eliminado los viajes y el 41,7 % los servicios culturales o de ocio.
  • Los términos más utilizados para describir la situación son ahogo, asfixia, insostenible y abuso.

Málaga, 10 de noviembre de 2023. La población se encuentra gravemente preocupada por la incesante subida de los precios, temiendo que llegue el momento  en el que no puedan hacer frente a los costes de la vida en general. Desde la pandemia, el precio de los productos y suministros básicos ha ido evolucionando al alza. Este incremento se ha acusado más aún en los últimos meses, provocando esta gran preocupación y alarma social entre las personas consumidoras y usuarias.

Diariamente somos bombardeados por noticias de subida del precio del aceite, la energía, los combustibles, el Euribor, las frutas y hortalizas, el pescado… Todos ellos productos de primera necesidad, de los que no podemos prescindir. Bajo este panorama, nuestros compañeros de la Unión de Consumidores de Málaga (UCAUCE), dentro del proyecto “Que no te consuman”, subvencionado por el Área de Comercio del Ayuntamiento de Málaga, han realizado un estudio para conocer cómo se han adaptado las personas consumidoras a esta situación, qué medidas han adoptado para paliar la incesante subida en el coste de la vida.

Los resultados más significativos son los siguientes:

El 77,1 % de la muestra indica que han tenido que reducir o eliminar algún producto de la lista de la compra habitual debido al elevado precio de este, frente al 22,9 % que respondía de manera negativa. Entre los productos más afectados destacan el aceite y el pescado.

Respecto a los servicios de consumo, el 65,7 % de las personas participantes en el estudio indicaban haber tenido que reducir o eliminar alguno de ellos entre sus costes mensuales, frente al 34,3 % que no había recurrido a esta medida. Entre los servicios que más frecuentemente se han visto reducidos o cancelados se encuentran los viajes (62,5%) y los servicios culturales o de ocio (41,7 %).

Estas reducciones afectan también a la salud de las personas consumidoras, ya que el 33,3 % de los encuestados indica haber reducido los servicios sanitarios o estéticos, entre los que se encuentran los tratamientos dentales, indispensables para una buena alimentación. También, el 29,2 % de los participantes responde haber reducido o eliminado algunos seguros, entre los que se encuentran los de salud.

Los productos y suministros que más incremento han sufrido debido a la inflación se corresponden con el sector de alimentación/supermercados (136,43 € más al mes), seguido de las hipotecas/alquileres de vivienda (123,10 € más al mes) y los combustibles (83,57 € más al mes).

Haciendo el sumatorio de todos los importes promedios calculados, el coste de la vida, en general, ha sufrido un asfixiante incremento de 426,44 € mensuales, lo que se traduce en 5117,28 € al año.

En esta situación, muchas personas consumidoras han adoptado medidas para combatir este incremento del coste de vivir, entre las que destacan, según el estudio de las Unión de Consumidores de Málaga  las siguientes:

– Comprar menos productos frescos y más envasados → 31,4 %

– Utilizar más el transporte público → 25,7 %.

– Reducir el consumo de electricidad → 57,1 %

– Fijarse más en las ofertas y promociones → 94,3 %

– Intentar reparar los bienes que se averían en lugar de comprar otros nuevos → 48,6 %.

– Reutilizar ropa de familiares → 25,7 %

– Comprar más productos de marcas blancas → 74,3 %.

– Comparar más los precios entre diferentes establecimientos → 74,3 %

Incluso algunos, el 11,4 %, ha tenido que organizarse con amigos o familiares para comprar algunos productos y repartirlos (por ejemplo, una garrafa de aceite). De forma muy favorable, también han adoptado medidas para reducir el consumo de energía eléctrica. Por sacar algo bueno de esto,  se observa que muchas familias han cambiado sus hábitos de consumo incorporando conductas más responsables y sostenibles con la intención de reducir el consumo y gestionar mejor esta situación.

Si bien, desde la Unión de Consumidores de Málaga, como desde la Unión de Consumidores de Andalucía (UCAUCE) siempre apoyamos la responsabilidad y sostenibilidad en el consumo a través de constantes campañas de sensibilización y formación, el principal incentivo debería ser la concienciación y no el temor a no llegar a fin de mes porque los gastos de las familias superen sus ingresos.

Si a esto añadimos el incremento del número de estafas y fraudes (podemos referenciar varios casos de estafas masivas a los clientes de conocidas entidades bancarias), que alcanza a un 17,1 % de los entrevistados, las personas consumidoras quedan expuestas a una gran indefensión, que acusa aún más el alto grado de preocupación y alarma social. Los términos más utilizados para describir la situación son ahogo, asfixia, insostenible y abuso.

Para finalizar la encuesta ha incluido una cuestión más orientada a la afectación en la psicología del consumidor, concretamente, respecto a su nivel de preocupación en relación con la subida de los costes. Las respuestas se ofrecían siguiendo una escala del 1 al 5, siendo 1 nada preocupado y 5 un grado de preocupación muy alto. Entre los datos obtenidos, el elevado 65,7% de las personas encuestadas manifiestan un nivel 5 de preocupación, seguidos del 28,6 % que indican un nivel 4. Los niveles 3 y 2 de preocupación (intermedio y bajo, respectivamente) son escogidos por un idéntico 2,9 % de la muestra. Nadie, el 0 %, ha indicado no tener ningún grado de preocupación por esta situación.

 

UCAUCE traslada su preocupación y alarma por el desorbitado incremento del precio de aceite de oliva

 

  • El descontrol de los precios puede echar por la borda todos los avances de muchos años sobre la apreciación y valoración del producto por los consumidores como elemento clave de la dieta mediterránea.
  • El situación alcista de precios sitúa al producto en un peligroso escenario para las mezclas y adulteraciones, con los consabidos riesgos para la salud y el bolsillo de los consumidores.
  • En el sondeo realizado por UCAUCE, en torno a un 45% de los consumidores se plantean seriamente la posibilidad de reducir su uso, optando por su sustitución por otras grasas vegetales.

Andalucía, 17 de octubre de  2023. La Unión de Consumidores de Andalucía (UCAUCE) traslada a la opinión pública su preocupación y alarma por el desorbitado  incremento del precio del aceite de oliva. La incesante subida de precios (con una subida media del 52% según datos de IPC) provoca la perplejidad y el desconcierto de muchas personas consumidoras que consideran este producto en Andalucía y en el conjunto de España, un elemento básico y piedra angular de su alimentación y de su dieta mediterránea. De hecho, a lo largo de los años, los consumidores saben que el aceite de oliva es un componente fundamental de la citada dieta mediterránea amén de sus numerosos beneficios para la salud. Por ello vemos con gran preocupación como el descontrol actual de los precios del aceite de oliva puede echar por la borda todos los avances de muchos años sobre la buena apreciación y valoración del producto por los consumidores.  

Los datos de un sondeo realizado por UCAUCE en Andalucía nos indican que casi un 45% de los consumidores se plantean seriamente la posibilidad de reducir su consumo y dejarlo única y exclusivamente para “ensaladas y tostadas del desayuno”, optando por su sustitución por otras grasas vegetales para abastecer de manera más económica las necesidades de su cocina, tanto en fritos, como en la elaboración de otros platos.  

En el mencionado sondeo los consumidores de Málaga (53%), Cádiz (50%) y Huelva (48%) son los que más están reduciendo el consumo de aceite de oliva Virgen Extra (AOVE). Los consumidores de Córdoba (38%), Jaén (40%) y Sevilla (41%), aunque abandonan parcialmente, serían los más fles al AOVE. En una posición intermedia estarían Almería (44%) y Granada (45%).  

El potencial riesgo que percibimos desde Unión de Consumidores es que está poco explicada la coyuntural subida de precios, que pudiera acabar provocando a la larga una estructural merma del consumo de aceite de oliva, siendo sustituido de manera permanente en el tiempo por otras grasas. Ya en 2022 se constataba una caída del consumo de 0,7% y en 2023 alcanza el 40%, cifra última muy cercana a los datos que arroja nuestro sondeo. 

 Por ello, desde UCAUCE creemos que ha llegado el momento que desde el conjunto de los eslabones de la cadena de valor del producto se expongan y expliquen con absoluta transparencia cuáles con las verdaderas causas que están detrás o justificarían esta alarmante subida de precios de un producto hasta la fecha básico en nuestra cesta de la compra. Los consumidores andaluces y españoles necesitamos esa explicación, entre otras cosas, para saber quiénes están poniendo en riesgo tanto el futuro de este producto como la concienzuda labor de años en su defensa como saludable e imprescindible en nuestra dieta mediterránea y en nuestra cocina.  

Muchas son las causas que se han esgrimido desde diferentes sectores para justificar esta incesante subida. Se ha hablado de la escasez de cosechas y del encarecimiento de los costes por la grave sequía, de que los precios percibidos por los agricultores de origen sufrieron una significativa subida, de los incrementos de coste en las empresas de la cadena, o de la evolución alcista como situación excepcional por el contexto internacional. 

Ante la gravedad de la situación, denunciamos como ni administración autonómica, ni adminsitración estatal han tomado iniciativas en esta materia creando observatorios con toda la cadena de valor, desde la producción a los consumidores. 

Otra de la preocupaciones de UCAUCE  es que la situación alcista de los precios del aceite de oliva sitúa a este producto es un peligroso escenario de riesgo para las potenciales mezclas fraudulentas y la adulteración del mismo. Al día de hoy, el aceite de oliva es un producto alimenticio muy valorado por los consumidores y su adulteración es una peligrosa e ilegal práctica que puede poner en riesgo la salud de las personas.  

Las asociaciones de consumidores somos conscientes de que históricamente, escenarios alcistas de los precios del producto propician riesgos importantes como la adulteración del aceite de oliva a través de su mezcla con otros aceites vegetales o animales o, la adicción de sustancias químicas para mejorar su apariencia o sabor. Las mencionadas prácticas pueden no sólo reducir la calidad del aceite, sino también aumentar el riesgo de enfermedades para los consumidores, como ocurrió, en nuestro país, en la triste y famosa crisis del aceite de colza adulterado en los años 80, con especial incidencia entre las economías domésticas más desfavorecidas.  

Desde la Unión de Consumidores, recientemente hemos visto con preocupación en medios de comunicación como se ha detectado que algunas marcas de aceite de oliva español fueron adulteradas con aceite lampante -que es un tipo de aceite no apto para el consumo humano y puede provocar graves intoxicaciones; o como el precio del aceite de oliva era más barato en los lineales de los supermercados de algunos países de la Unión Europea, que en los supermercados andaluces o españoles. Tampoco podemos olvidar los consumidores que además el aceite de oliva virgen extra también puede ser potencial objeto de fraude al descubrirse casos en los que se ha mezclado con otros aceites vegetales o se ha etiquetado incorrectamente.  

Por todo ello, para UCAUCE es de vital importancia que las personas consumidoras estén informadas sobre los peligros  potenciales asociados con la adulteración del aceite de oliva, debiendo saber que al comprarlo es recomendable leer las etiquetas cuidadosamente y buscar marcas confiables.