Según informa Europa Press, las actividades ilícitas tenían dos fases. En la primera, los máximos responsables de estos grupos localizaban a sus víctimas entre personas que operan de forma habitual por Internet, para realizar operaciones bancarias.
Una vez localizada, se introducían en sus ordenadores llegando a tener control de sus cuentas corrientes -lo que habitualmente se conoce como 'phising'-, mediante la solicitud de datos personales o el cambio de las claves de acceso a sus cuentas, alegando un mejor servicio y por motivos de seguridad, lo que les permiten tener libre acceso a sus cuentas corrientes.
Cuando tienen acceso a la información confidencial, se accede al Banco Online a través de terminales informáticos que no están comprometidos trasfiriendo los fondos obtenidos de forma ilícita a los "colaboradores", para que realicen los últimos envíos, previa retirada de sus comisiones.
La segunda fase se inicia cuando se ha logrado tener libre acceso a los datos bancarios de las víctimas, entrando en juego los "colaboradores o muleros", que al igual que las víctimas son reclutados utilizando las redes informáticas de Internet, pero en este caso la captación se realiza mediante mensajes "ofertando trabajo" para empresas multinacionales del sector financiero, empresas que evidentemente no existen.
A las personas que se interesan en estas ofertas se les remite, vía Internet, los contratos de trabajo desde las supuestas empresas multinacionales, a la vez que se les informa de las condiciones del trabajo y la necesidad de abrir una o varias cuentas bancarias, donde se les ingresarían ciertas cantidades de dinero, que ellos tendrían que remitir al destinatario que se les indique.
En estas cuentas bancarias, en las que el "mulero" figura como titular, se les ingresaría las cantidades que la organización va obteniendo de sus víctimas, que por lo general no supera los 3.000 euros en cada operación y que, previa retirará de su comisión, que suele ser entre el 5 y el 10 por ciento, lo envía a su destino final, en algún país de la antigua Unión Soviética.
Para la realización de estos envíos finales, el "mulero" no utiliza entidades bancarias sino empresas de envío de dinero, figurando como destinatario final un nombre ficticio o simplemente un código que el "mulero" envía por mensaje electrónico al anónimo destinatario. De esta forma los "muleros" contribuyen a la ilícita actividad y dificultan la acción de la Policía.
La Unión de Consumidores recomienda desconfiar de los correos desconocidos
Estas estafas son cada vez más frecuentes y el timo se ha adaptado a los nuevos tiempos de manera que las nuevas tecnologías se han convertido en una de las herramientas más útiles, rápidas y eficaces para los timadores.
La Unión de Consumidores de Andalucía recomienda no abrir correos electrónicos sospechosos ni enviados por desconocidos ni tampoco responder a los que soliciten las claves secretas. También es aconsejable utilizar un antivirus, actualizarlo periódicamente e instalar un firewall en el ordenador, especialmente. Pero, sobre todo y principalmente, la Unión de Consumidores recomienda no develar nunca las claves, ni siquiera a en correos remitidos por el personal del banco o caja de ahorros con el que el usuario opere ya que las entidades bancarias cuentan con herramientas para comprobar esos datos sin pedir la clave.