El consumidor de 2016 prefiere comprar en el supermercado, consumir productos frescos y valora la calidad en su compra diaria

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  • Más de 2.000 familias han participado en la “Encuesta sobre hábitos de consumo 2016″, cuyo objetivo es conocer mejor el perfil del nuevo consumidor español y fomentar el consumo responsable.

Madrid, 24 de noviembre de 2016. El consumidor de 2016 escoge el formato supermercado como lugar ara realizar su compra de cada día, y prima la compra  de  productos frescos y de gran calidad. Se trata de un consumidor crítico y exigente, ahorrador y preocupado por su salud, el desperdicio de alimentos y la sostenibilidad de la cadena agroalimentaria. Estas son las principales conclusiones de la “Encuesta sobre hábitos de consumo 2016”, realizada a más de 2.000 familias por parte de la Mesa de Participación (grupo de trabajo constituido por las asociaciones de consumidores CEACCU, FUCI, CECU, UNAE y UCACAUCE, junto a Mercadona).

Con el objetivo de conocer mejor al consumidor para poder informarle, mejorar su protección y fomentar su responsabilidad, la encuesta analiza los hábitos de consumo y los factores que influyen en la compra, además de la formación que tiene el consumidor en temas de nutrición y etiquetado o sus conocimientos respecto al consumo responsable. Los datos más destacados son:

  • Hábitos de compra y consumo: el 65% de los consumidores elige el supermercado como su lugar de compra habitual (seguido del hipermercado y de tiendas especializadas) y la compra de productos frescos se impone al resto. Los datos reflejan que los hábitos alimentarios de los ciudadanos son menos saludables de lo recomendable y que tienen un bajo conocimiento sobre alimentos libres de alérgenos, ecológicos o transgénicos. Además, para el 75% de la población encuestada, la situación económica le ha obligado a cambiar parte de sus hábitos de consumo y alimentación.
  • Factores que influyen en la compra: lo que más valora el consumidor a la hora de seleccionar un producto es la calidad, seguida del precio. Respecto a los motivos por los que elige su lugar de compra, señala que son: la calidad de los productos, el precio de los mismos y la proximidad del establecimiento.

 

  • Compra por internet: gana seguidores y mejora su percepción (un 57% la valora positivamente), aunque solo un 2% dice utilizarla, principalmente porque el consumidor sigue prefiriendo ver el producto antes de comprarlo.

 

  • Información sobre el producto: el consumidor percibe que dispone de información suficiente sobre alimentación y el 71% dice buscar información sobre un producto antes de comprarlo y encontrarla, principalmente, en la propia etiqueta. Los elementos informativos que más valoran los consumidores del etiquetado son: la fecha de caducidad, los ingredientes, el precio, el lugar de origen y la información nutricional. No obstante, se observa que sólo el 71% conoce la diferencia entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente.
  • Hábitos de alimentación: el 77% de los consumidores considera que sus hábitos son saludables y que la información nutricional presente en el etiquetado es buena, destacando como la más valorada la información sobre el contenido en grasas.

 

  • Desperdicio de alimentos: nos encontramos con un consumidor más concienciado y sensible con el desperdicio de alimentos. Así, el 94% de los encuestados considera que el desperdicio de alimentos es un grave problema y el 87% afirma estar haciendo algo para evitarlo. El 67% cree que la responsabilidad del desperdicio es de «todos los eslabones de la cadena agroalimentaria” y, especialmente, de los propios consumidores (13%), lo que indica un buen nivel de autocrítica.

 

  • Formación del consumidor: preguntados por diferentes términos relacionados con la sostenibilidad de la cadena agroalimentaria, los consumidores conocen qué son los transgénicos, pero más de la mitad de la población desconoce el concepto de “huella ecológica”, solo un 25% conoce el término de “alimentos irradiados” y únicamente una quinta parte ha oído hablar de “soberanía alimentaria”.

 

  • Solidaridad: los consumidores españoles se muestran preocupados y solidarios sobre la producción mundial de alimentos. La mitad de los encuestados cree que en el mundo se producen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de sus habitantes y su opción preferida (53%) para garantizar el acceso a la alimentación para la mayor parte de la población sería un reparto más equilibrado y solidario de los alimentos.