La Unión de Consumidores considera que la llamada “crisis del pepino” ha puesto de manifiesto las fisuras en los mecanismos de seguridad alimentaria y la credibilidad de un sistema del que no solo dependen las economías de millones de agricultores sino también la salud de los consumidores europeos.
Además, y teniendo en cuenta las gravísimas consecuencias que la irresponsabilidad de las autoridades sanitarias germanas han tenido sobre el campo andaluz y que los estudios realizados en los productos de Málaga y de Almería garantizan su seguridad, la federación de consumidores quiere animar a la ciudadanía a consumir más si cabe los hortofrutícolas andaluces, base –junto al aceite de oliva– de la dieta mediterránea que tantos beneficios para la salud conlleva.