La Unión de Consumidores exige a Fomento la creación de una oficina de atención al pasajero aéreo

Sevilla, 9 de diciembre de 2010.Tras las múltiples quejas a raíz del paro de los controladores, la Unión de Consumidores quiere evitar que se creen falsas expectativas en los afectados. Por ello les recomienda que formalicen sus reclamaciones ante AENA por los daños y perjuicios generados a los usuarios ya que es esta entidad –y en última estancia, el Ministerio de Fomento– y no las compañías aéreas, la principal responsable.

    Para ello es necesario que los usuarios recopilen todos aquellos gastos en que hayan tenido que incurrir debido a la demora, suspensión  o cancelación de sus vuelos, más allá de aquellas cuestiones de manutención que conforme a la normativa vigente haya correspondido a las compañías con las que hubieran contratado sus vuelos.

    Asimismo, deben acreditarse documentalmente aquellos perjuicios derivados de la imposibilidad de disfrutar de otros servicios vinculados o dependientes a la realización de los vuelos cancelados o demorados.

    La reclamación debe efectuarse por escrito y de forma fehaciente, dirigida a la sede social de AENA como responsable del funcionamiento de los servicios aeroportuarios cuya alteración ha sido la causante última de tales daños. En caso de no ver atendida la reclamación de daños debidamente justificados y probados, procedería efectuar las acciones judiciales oportunas contra AENA.

    Por último, la Unión de Consumidores ha exigido al Ministerio de Fomento que se articulen sistemas más eficaces de atención al usuario en los aeropuertos e instalaciones de AENA, así como un sistema de información y tramitación de las reclamaciones derivadas de este o cualquier otro conflicto que se produzca en el futuro. Los viajeros del transporte aéreo pagan las llamadas “tasas aeroportuarias” por lo que es razonable exigir el cumplimiento de las obligaciones derivadas del Reglamento europeo de 2004, de forma tal que AENA garantice poner a disposición de los usuarios herramientas que le resuelvan posibles irregularidades in situ, es decir, en la dependencias del aeropuerto, como ya hace RENFE.