Según las conclusiones de la Encuesta de Hábitos de Compra y Consumo
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La Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC) presenta los datos desagregados de Andalucía
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Casi el 100% de los consumidores andaluces encuestados (frente al 89% de la media española) afirma que los hábitos alimentarios afectan al medio ambiente
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Un 37% de los andaluces encuestados tienen muy en cuenta el comportamiento ético, social o medioambiental con la sociedad del fabricante o distribuidor a la hora de decidir su compra.
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Eligen el lugar de compra por calidad y precio antes que por cercanía como en el resto de España
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Los andaluces se sienten consumidores vulnerables 6 puntos por encima de la media española (44% vs 38%)
Andalucía, 14 de febrero 2023.- En el escenario actual de coyuntura económica y con los efectos de la pandemia por la COVID-19 aún en el ambiente, el comportamiento de los consumidores en general y de los andaluces en particular continúa evolucionado y adaptándose a las nuevas circunstancias. De ahí, que en la encuesta de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores 2022 (MPAC), destaquen los resultados con respecto a Andalucía por su compromiso con la sostenibilidad ya que casi el 100% de los consumidores andaluces encuestados en esta comunidad (frente al 89% de la media española) afirma que los hábitos alimentarios afectan al medio ambiente en función de lo sostenibles que sean los alimentos. También estarían ligeramente más dispuestos que la media a pagar algo más por ellos (37% frente a 35%). Asimismo, la población andaluza se muestran rotundamente a favor de un etiquetado donde se vea si el producto es sostenible (98,5% frente al 85%).
Según el análisis de los datos recabados, el consumidor andaluz tiene cada vez más en cuenta a las empresas responsables con el medio ambiente porque él mismo apuesta por un consumo sostenible y respetuoso con el planeta: casi un 69% valora positivamente este aspecto a la hora de decidir la compra de un alimento. Los andaluces encuestados para este estudio tienen muy en cuenta que el fabricante o distribuidor tenga un comportamiento ético con la sociedad a la hora de decidir su compra (37%). Se desmarcan en este caso de la media española donde prima saber la procedencia del producto (25% frente al 19% andaluz) y cómo se ha producido (20% frente al 12% de Andalucía). Los andaluces también valoran otros aspectos como el compromiso con el medio ambiente (15%) o que el fabricante sea respetuoso con el bienestar de los animales (14%).
En la misma línea, más del 95% de los andaluces encuestados opina que el desperdicio alimentario es un problema importante. Para evitarlo optan por aprovechar más los alimentos (60%) y planificar mejor las compras (27%). Tan sólo un 3% reconoce no hacer nada.
En busca de mejores precios
El 72,5% de los encuestados en Andalucía asegura haber cambiado sus hábitos de compra y consumo. De ellos, un 36% (16 puntos por encima de la media española) lo hace buscando mejores precios y un 16,5% afirma aprovechar más la comida evitando el desperdicio. Resulta significativo que en el cómputo global del país la segunda opción más elegida es adquirir otro tipo de productos (21%), pero entre los andaluces esta posibilidad solo le parece oportuna a un 2%. Además, un 12,5% diversifica su compra en varios establecimientos.
Vulnerables por nivel de renta
De acuerdo con dicho estudio, este año los encuestados son más conscientes del significado de la figura del consumidor vulnerable; aquellos en situación de subordinación, indefensión o desprotección que les impide el ejercicio de sus derechos como personas consumidoras en condiciones de igualdad. De hecho, aunque hay diversas interpretaciones, se observa una relación clara entre vulnerabilidad y renta, principalmente en entornos rurales y con niveles de estudios básicos.
Así, los consumidores andaluces afirman sentirse vulnerables 6 puntos por encima de la media española (44% vs 38%). De ellos, casi un 20% lo hace porque su nivel de renta es bajo y casi un 13% acusa el impacto de alguna variable psicosocial. En ambos casos superan la valoración del conjunto del país. En tercer y cuarto puesto se sitúan, con aproximadamente un 6%, el desconocimiento de las nuevas tecnologías o el nivel de formación. La vulnerabilidad por renta afecta principalmente a las franjas entre los 18 y 35 años y a los de más de 65. Se ratifica el problema del entorno rural donde es mayor el desconocimiento del concepto y la sensación de vulnerabilidad por el uso de nuevas tecnologías.
La paradoja del etiquetado
El etiquetado de los alimentos lleva años generando debate y siendo la ‘asignatura pendiente’ de la industria y de la administración. Por un lado, por su relevancia para la salud del consumidor y por otro, debido a la exigencia de este de disponer cada vez de más información sobre el producto que adquiere. En este contexto, la Encuesta Sobre Hábitos de Compra y Consumo de la MPAC revela que en 2022 es considerablemente alto el número de consumidores andaluces que admiten consumir productos una vez pasada la fecha de caducidad (72% frente al 67% de la media estatal). Paradójicamente, casi un 67% considera que la fecha de caducidad es el concepto informativo más importante de la etiqueta, seguido de la composición/ingredientes del producto (49,5%). En tercera posición aparece el precio (45%) y le siguen, empatados en porcentaje, el lugar de origen y la cantidad que contiene el envase (34%). La información nutricional tan solo interesa a un 15% de los encuestados en Andalucía.
También se constata que, año tras año, el consumidor va perdiendo el hábito de leer las etiquetas. Concretamente, en esta comunidad solo uno de cada cuatro encuestados las lee habitualmente. Casi un 69% confiesa leerlas de vez en cuando. Todo esto a pesar de que el 71% continúa diciendo que la etiqueta del producto es su principal fuente de información y un 50,5% considera útil la información que ofrece.
De acuerdo con dicho estudio, el consumidor andaluz es consciente de la importancia de unos buenos hábitos de alimentación, pero considera que los suyos propios no son saludables en mayor medida que el resto del país, 23% frente al 12%. El 61,5% opina que sí lo son y casi un 16% no lo sabe.
Innovación por la calidad
Según los datos de la encuesta, los andaluces mantienen su interés por la calidad de los productos que adquieren también con respecto a la evolución de la industria. Así, al ser preguntados hacia dónde quieren que las empresas de alimentación enfoquen sus esfuerzos de innovación el 42% (17 puntos más que la media española) elige la calidad, seguida, con un 22% por la búsqueda de un precio más ajustado, mientras un 17% se inclina por una mayor responsabilidad social y medioambiental y un 15% por opciones más saludables. La innovación digital se relega al último lugar, como en el resto del país.
Por otro lado, más de la mitad de los andaluces encuestados (57%) valora positivamente y suele probar aquellas innovaciones que percibe en la gama de productos que habitualmente consume. Sin embargo, un porcentaje algo mayor que el de la media estatal afirma no detectarlas y, en el caso de Andalucía, se reduce en 7 puntos la desconfianza inicial.
Además, casi el 85% de los consumidores andaluces encuestados es consciente del uso de las nuevas tecnologías en su acto de compra de productos de alimentación, 5 puntos más en comparación con la media española. De estos, el 74% es opina que las tiendas de alimentación han avanzado mucho en pocos años. Asimismo, a un 60% el uso de las nuevas tecnologías les facilita la compra, 15 puntos más con respecto al cómputo de todo el país.
Calidad, precio y cercanía
A diferencia de la media estatal que este año optaba por la proximidad sobre la calidad a la hora de elegir un establecimiento de compra, los andaluces se decantan mayoritariamente por la calidad y el precio y casi con el mismo porcentaje, alrededor del 67%. Les siguen cercanía y accesibilidad. En cuanto a la elección del producto alimentario, la calidad sigue siendo el factor más relevante para un 60%, mientras un 28% pone la atención en unos precios más ajustados.
Sin duda, el supermercado es el formato comercial preferido por los consumidores andaluces para realizar sus compras de alimentación y gran consumo; el 73% así lo confirma, frente al 64% de la media española. Le sigue el hipermercado con un 13% de aceptación, aunque el pequeño comercio, las tiendas especializadas y los mercados municipales ganan público con otro 13%. En general, los datos muestran que los consumidores encuestados en Andalucía optan mayoritariamente por la compra de productos frescos (carne, pescado, verdura y fruta, pan y bollería) frente a los congelados y los preparados, excepto en el caso de las legumbres y las pastas.
A favor de la compra online
Los consumidores de Andalucía que respondieron a esta encuesta valoran positivamente y por encima de la media la compra online de productos de alimentación y gran consumo, casi el 82% frente al 67% estatal. Sin embargo, de estos, un 40% no la usa porque no le hace falta. La comodidad es el aspecto más valorado de esta opción de compra para el 46% de los andaluces, seguido de los precios (30%).
Por otro lado, más de la mitad de los andaluces encuestados (51%) confiesa haberse visto influenciado a la hora de comprar o consumir un producto de alimentación y gran consumo por la información en Internet o redes sociales. En el caso de la media nacional, este porcentaje se reduce al 43%.