Físicamente, se trata de una tecnología que utiliza el espacio radioeléctrico, ya que las ondas electromagnéticas son el soporte de la información que se desea transmitir. Esto supone que las redes WiFi, a diferencia del cable, trascienden más allá del recinto físico donde se encuentran instaladas, lo que impone plantearse la seguridad sobre su acceso y el que se ajusten a parámetros técnicos que impidan su interacción con otros sistemas radioeléctricos.
A pesar de lo anterior, y debido al rango de frecuencias empleado, considerado de uso común, la instalación de redes WiFi no precisa de autorización administrativa, sino de una mera comunicación, lo que ha facilitado su implantación y desarrollo, lo cual no debiera obviar la aplicación de la Ley General de Telecomunicaciones como marco regulador. Podríamos decir que nos encontramos ante un libre uso del espacio radioeléctrico, pero dentro de un marco regulado.