Las aplicaciones de la tecnología WiFi
Esta tecnología ha sido adoptada como un estándar por la industria de fabricación de hardware y software, e incorporada a dispositivos internos y externos de ordenadores y otro tipo de equipos electrónicos y multimedia que, en breve plazo de tiempo irán beneficiándose de las posibilidades que ofrece. De hecho, partiendo de los más cincuenta millones de usuarios que actualmente se estiman, los cálculos más realistas prevén que para 2008 pueda haber más de 700 millones de usuarios de redes WiFi en el mundo a través de los diferentes soportes tecnológicos que pueden acceder a las mismas.
Los usos públicos de esta tecnología se pueden realizar a través de los denominados Hot-spots, definidos como puntos de acceso con conexión de alta velocidad en lugares públicos, facilitando la movilidad de los usuarios de los mismos en los emplazamientos que están apostando por este tipo de redes. En cualquier caso, se trata de una tecnología hábil para acceder tanto a redes privadas como a redes públicas (del tipo de Internet o las redes telefónicas). Así, podemos hablar de tres tipos de aplicaciones fundamentales:
-
El uso privado, limitado al entorno de una empresa, organización o un hogar concreto, restringiéndose su uso para quién no forme parte de los mismos.
-
El uso público, que permite el acceso a redes de Internet o telefonía a quienes tengan contratada la posibilidad de tal acceso. Es el caso concreto de los Hot-spots, hoteles, centros de reuniones, congresos o convenciones o, incluso cibercafés.
-
El uso comunitario, que se abre a diferentes hogares, empresas o usuarios, para el acceso a unos recursos determinados. No obstante, habría que incluir también en este punto los interesantes usos sociales, impulsados por administraciones públicas para facilitar el acceso a las redes de comunicación con carácter universal.
En el ámbito doméstico, que es el que, en mayor medida puede afectar al usuario final, la aplicación más habitual es la que permite la conexión inalámbrica de equipos informáticos a Internet desde cualquier punto de la vivienda, facilitando el uso de portátiles, la accesibilidad y la movilidad y evitando las reformas y obras consustanciales a las instalaciones de conexión por cable.