UCA-UCE no apoyaría la aplicación de nuevos impuestos a las bebidas azucaradas

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  • La mayoría de tasas sobre alimentos se han revelado ineficaces e injustas.

Sevilla, 26 de marzo de 2016. El ministro de finanzas británico, en la presentación de su nueva política fiscal,  ha adelantado que se aplicará un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas para recaudar recursos adicionales para financiar actividades deportivas en los colegios y, de paso, ha reabierto la polémica sobre la conveniencia de utilizar de este tipo de fórmulas para combatir determinadas problemáticas de salud, y especialmente la obesidad infantil, en sociedades desarrolladas como la nuestra. En Reino Unido, la nueva tasa presentada se aplicará a aquellas bebidas con azúcar añadido por encima del límite de 5 gramos por 100 mililitros e impondrá una tasa mayor para las bebidas que superen los 8 gramos por 100 mililitros. Ya se han puesto en marcha iniciativas en esta línea en países como Francia o Méjico y, según lo previsto, en Reino Unido será una realidad en 2018.

Reino Unido puede que sea en la actualidad el país europeo con mayor tasa de obesidad, con aproximadamente un 25% de su población adulta afectada. España ocuparía el segundo lugar en este triste ranking europeo, con el 24% de su población afectada, especialmente la infantil. Y hay quienes piensan que es tipo de medidas podrían incentivar a los fabricantes de refrescos a desarrollar prosuctos de menor aporte calórico.

ANFABRA, la Asociación de Bebidas Refrescantes, se ha mostrado inmediatamente en desacuerdo con la introducción de este impuesto a las bebidas azucaradas, porque considera que se trata de una medida «discriminatoria y arbitraria». Argumentan para defender su postura que es precisamente la industria de bebidas refrescantes una de la que más decididamente ha trabajado en los últimos años por la reducción del contenido de azúcares de sus productos. A este respecto, según esta asociación, en España entre los años 2009 y 2014 el azúcar por 100 mililitros del conjunto de bebidas refrescantes puestas en el mercado ha alcanzado el 19%. En su defensa esta patronal ha señalado también que la cuarta parte de los refrescos que pone en mercado son ya sin azúcar y sin calorías, lo que las hace compatibles con una alimentación equilibrada.

La Unión de Consumidores de Andalucía (UCA-UCE) se viene posicionado históricamente en contra de estas tentativas de subidas impositivas de carácter indirecto, que pagarían todos los ciudadanos por igual con independencia de sus niveles de renta. Satanizado el consumo excesivo de azúcar por sus nocivos efectos sobre la salud de la población, también se podría barajar o generalizar una tasa sobre todos los productos que contengan este ingrediente. En nuestra opinión, las tasas sobre alimentos se ha demostrado son auténticamente ineficaces e injustas y, por la anterior razón expuesta podría parecer un agravio comparativo establecer un impuesto específico que grave a las bebidas refrescantes y no a otros productos que también contienen azúcar.

La demanda actual de los consumidores y sus organizaciones representativas como UCA-UCE, lejos de solicitar nuevos gravámenes o impuestos, es que el sector de la industria alimentaria en su conjunto acometa una decidida apuesta por la innovación para reducir el excesivo aporte calórico de muchos alimentos, teniendo siempre presente la correcta cobertura de la creciente demanda de información nutricional de los consumidores, a través de un correcto y claro etiquetado. Por su parte, a las administraciones públicas les correspondería combatir estos problemas con eficaces programas preventivos de salud pública para mejorar los hábitos nutricionales y combatir el sedentarismo.