Mientras nuestro entorno europeo avanza y apuesta por la peatonalización, los carriles bici o fomenta el uso del coche compartido, algunos municipios andaluces retroceden y vuelven a prácticas nada sostenibles.
Andalucía, 15 de septiembre de 2011. “Desplázate de forma eficiente: ¡mejora tu movilidad!” es el lema de este año y persigue los objetivos marcados por la Unión Europea en el horizonte del año 2020 –que se reduzca un 20% el consumo de energía primaria y las emisiones de gases de efecto invernadero y que crezca al 20% la contribución de las energías renovables–
Aunque aún queda mucho por hacer, la mayoría de los municipios y capitales de Andalucía ya son conscientes de la necesidad de modificar los modelos dominantes en los sistemas de movilidad y se plantean objetivos en la línea de promover un uso más racional del vehículo privado, potenciar la presencia del transporte público y desarrollar medios alternativos de transporte, como los desplazamientos a pie y en bicicleta. Todas estas iniciativas encuentran un adecuado marco de expresión y participación en la Semana Europea de la Movilidad (SEM) que culmina con la celebración de “La ciudad, sin mi coche”, evento en el que los municipios reservan zonas para peatones, ciclistas y transporte públicos.
Pero, en cualquier caso, quienes estamos llamados a ejercer un papel protagónico en estas iniciativas no sólo somos los propios ciudadanos. Es cierto que la ciudadanía puede –y debe– asumir actitudes responsables y sostenibles en lo que se refiere a la movilidad, pero son las diferentes administraciones con competencia en este sector quienes tienen que llevar a cabo políticas que lo faciliten. Difícilmente se aparcará el coche propio si no existe una red de transporte público eficaz y eficiente, se abandonan iniciativas como el carril bici o las zonas peatonalizadas vuelven a acoger transporte rodado privado en ellas.
Por todo ello, la Unión de Consumidores de Andalucía pide a los diferentes ayuntamientos andaluces que hagan un ejercicio de observación y análisis a las políticas de movilidad europeas y que en las legislaturas que casi acaban de estrenar apuesten por la peatonalización, el transporte público y los medios alternativos como la bicicleta o los coches compartidos.
