Sevilla, 24 de noviembre de 2008. Según Francisco Babín, director general de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid, más del 15 por ciento de los jóvenes de la capital sufre un alto riesgo de padecer una adicción al teléfono móvil, a Internet y a los juegos electrónicos. Babín indicó que el riesgo de padecer esta adicción se ha multiplicado por cuatro en el último año y medio y que uno de los principales factores que están permitiendo este crecimiento exponencial es el desconocimiento de los padres de tecnologías como los mensajes sms o de programas como el 'messengger'.
Por eso, y teniendo en cuenta que las nuevas tecnologías son un regalo recurrente en estas fechas, UCE-Andalucía recomienda hacer una adquisición y un uso razonables, informados y adecuados a las características del usuario final. Además, UCE-Andalucía ha puesto en marcha una campaña informativa en esta materia en la que, a través de sus delegaciones provinciales, llevará a cabo una serie de talleres y charlas en las diferentes provincias y para lo que se basará en el decálogo elaborado por el Instituto Nacional del Consumo en colaboración con la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (ADESE) y el Consejo de los Consumidores y Usuarios (CCU), del que la Unión de Consumidores forma parte.
1. Se debe comprobar siempre la clasificación por edades y la descripción de contenidos que aparece en las carátulas de los videojuegos, especialmente los adheridos al sistema voluntario de clasificación “PEGI” que responde a criterios acordados internacionalmente. Este Código permite saber si los contenidos del videojuego son aptos para todas las edades, para mayores de 7, para mayores de 12, para mayores de 16 o para mayores de 18 años. Asimismo, permite conocer si el videojuego contiene violencia, sexo, imágenes que puedan generar miedo, referencias al consumo de drogas, lenguaje soez o discriminación de algún tipo.
En cualquier caso, estas orientaciones deben considerarse siempre como una recomendación, y podrían no corresponderse con los criterios que el usuario considere idóneos. Además, esta clasificación la realiza la industria de forma voluntaria y sólo compromete a las empresas adheridas al sistema de clasificación PEGI.
2. Se debe recabar información sobre el contenido del videojuego, el tipo de escenas que incluye, qué valores transmite o su nivel de dificultad, ya que las clasificaciones de los videojuegos se refieren sólo al contenido, pero no al grado de complejidad del juego o la destreza necesaria para jugar con él. Con ese fin, puede consultarse la información existente, entre otras, en las páginas Web de los fabricantes o de la patronal del sector (www.adese.es); en las revistas y guías especializadas y en las páginas del Instituto Nacional de Consumo (www.consumo-inc.es.). También puede pedirse consejo al vendedor o solicitarle esta información por si dispone de ella.