Unos precios de muerte (29.10.10)

  • El informe pone de manifiesto que, si la familia no opta por donar el cuerpo a la Ciencia o recurre a la beneficencia, los costes de un sepelio no bajan de los 2.000 euros.

Sevilla, 29 de octubre de 2010. Establecer un coste medio de morirse resulta relativamente difícil ya que buena parte de los gastos inherentes a los servicios funerarios dependen directamente de las aleatorias tasas municipales (muy diversas de una localidad a otra) o del modelo de gestión de operador encargado de prestarlos (pública, privada o mixta). Si a todo ello le sumamos la parafernalia (sujeta a leyes de mercado y que por estas fechas ve incrementado su precio), morirse puede costar tanto como se esté dispuesto a pagar. Esta cifra nunca bajará de los seiscientos euros (coste reservado a las actuaciones de beneficencia) a no ser que donemos el cuerpo a la Ciencia.

Gastos imprescindibles

La primera decisión depende en buena medida del estado de ánimo de los familiares y su disponibilidad. Se trata de optar por hacer determinados trámites burocráticos obligatorios en caso de fallecimiento o encomendarlos a la funeraria. Estos trámites consisten en obtener el certificado médico de defunción y ejecutar la inscripción en el Registro Civil del fallecimiento (gestión urgente que debe realizarse en las 24 horas posteriores n el Registro del lugar donde se ha producido). Además de esto, hay que llevar a cabo las gestiones para conseguir la preceptiva licencia de entierro o incineración.

Si se pretendiera trasladar los restos a otra localidad diferente de aquella en la que se encuentran los restos, sería necesario conseguir un permiso sanitario específico. Las empresas funerarias suelen ofrecer un servicio básico para todos estos menesteres que incluye vehículo para el traslado del cadáver y la gestión del certificado de defunción y la baja en el Registro Civil por un coste que oscila entre los 200 y los 300 euros.

Con posterioridad, los familiares deberán decidir entre la inhumación o la cremación de los restos, para lo que se deberán tramitar los correspondientes permisos ante el Registro Civil. Una vez obtenidos los permisos hay que hacer frente al gasto más cuantioso que supone casi la mitad del coste total del servicio funerario: la adquisición del féretro. El coste medio de un ataúd suele rondar los 1.800 euros, pero éste dependerá de la calidad de lo materiales, acabado, apariencia, etc. Así, los precios pueden variar desde los 450 euros de un ataúd de la beneficencia a los 3.000 de los más lujosos.

En caso de proceder a la incineración, los materiales deberán ser específicos. En estos casos, habrá que sumar unos 30 euros por la urna para las cenizas, además de una cantidad que va de 350 a 500 euros por la incineración en sí. Algunos cementerios ofrecen nichos o columbarios para depositar la urna, aunque lo más frecuente es que los familiares dispongan de las cenizas de forma más o menos ortodoxa. Existen empresas que por 300 euros facilitan un barco para esparcir las cenizas por el mar.

Aún así, con la cremación se ahorra el coste de adquisición, alquiler o concesión de la sepultura o nicho. De lo contrario, optando por el enterramiento, habría que sumar a los gastos del nicho, sepultura o panteón, los correspondientes al trabajo de inhumación y colocación de lápida, contando con los cuales, difícilmente podamos bajar de 500 euros. Todo ello, sumado al alquiler del coche fúnebre para el traslado hasta el cementerio (entre 50 y 120 euros) hace que el coste mínimo imprescindible de un entierro medio difícilmente pueda bajar de 2.000 euros sin hacer ningún tipo de alarde.

Los inevitables gastos adicionales

Aunque no sea imprescindible, el gasto en flores y esquelas en prensa así como los posibles oficios religiosos son realidades socialmente extendidas y consideradas ineludibles en la mayoría de los casos.

El precio de las flores depende mucho de la época del año (estas fechas suponen niveles prohibitivos por la gran demanda) y de las variedades de flores. No obstante, el coste de una corona de las más comunes (clavel, crisantemos, algún gladiolo o rosa…) se suele mover entre los 90 y los 120 euros. La mayor parte de los seguros de decesos incluye como prestación una o dos coronas para entregar en nombre de los beneficiarios.

Por su parte, el oficio religioso suele moverse en torno a los 50 euros aunque la variedad puede ser grande en función del cómo y el dónde, cuando no de la propia confesión. La publicación de una esquela informativa en prensa puede ir desde los 69 euros hasta los 11.000 en función del tamaño, el diario elegido y el propio día de la publicación. Los seguros más habituales también suelen contemplar la publicación de, al menos, una esquela de tamaña reducido en un diario de tirada nacional.

Los servicios de tanatorio suelen ser cada vez más demandados, a la vez que han sido incorporados a las coberturas ordinarias de las pólizas de seguros. Éstas ofrecen desde servicios básicos (uso exclusivo de la sala) hasta otros mucho más complejos que incluyen lencería funeraria, flores, libro de firmas, oficio religioso, gestión de documentación y coche fúnebre. A ello podría sumársele un servicio adicional de tanatoprasia o tanatoestéstica para mejorar la imagen del cadáver, que puede rondar los cincuenta euros. Estos es, el precio de lo servicios de tanatorio oscila entre los 400 y los 1.600 euros para los que no lo tienen contemplado en el seguro.

Atención a la compra de flores en estos días.

La Unión de Consumidores recomienda comprar las flores para la festividad de Todos los Santos antes de dicha fecha. La Unión de Consumidores de Andalucía ha constatado cómo en esta fecha el precio de las flores sube considerablemente, sobre todo si se adquieren en los establecimientos más próximos a los cementerios.

La Unión de Consumidores también ha detectado la actuación incorrecta de algunas empresas que incrementan el precio de los gastos propios del sepelio aprovechando las trágicas circunstancias que rodean la contratación de un servicio así. Por ello, se recuerda que el usuario tiene derecho a que se le de un presupuesto previo por escrito donde se especifiquen todos los servicios que le van a ofrecer y cuánto vale cada uno de ellos.

También recordar que tanto las floristerías como las empresas de servicios funerarios deben contar con hojas de reclamaciones a disposición de las personas que lo soliciten.