No obstante todo este aluvión de ventajas se contrarrestan con algunos inconvenientes (como es lógico), el principal es el precio de los distintos equipos y dispositivos a instalar. Una simple cámara de seguridad en blanco y negro puede llegara costar en torno a los 200 €, llegando hasta mas de 400€ en caso de cámaras a color. Los dispositivos de control vía telefónica pueden costar cerca de 400€ de media y un detector de ambiente para activar el sistema de calefacción se mueve entre 60 a 300€. Además todos estos sistemas necesitan de un instalador tecnificado para ponerse en funcionamiento, igualmente un gran número de domicilios no están adaptados para la instalación del cableado para estos mecanismos (en el caso de queramos cables ocultos o no soportemos ver una regleta portacables en la pared de nuestro salón), por lo que tendríamos que hacer una pequeña obra para la instalación. No obstante la incursión de la tecnología inalámbrica en estos sistemas puede paliar este problema.
En definitiva la domótica es, sin duda, una tecnología que presenta innumerables ventajas para los ciudadanos, y con el paso del tiempo formará parte de las instalaciones básicas de nuestros domicilios. No obstante, debido al alto precio que presentan los sistemas fundamentalmente y, en menor incidencia, los inconvenientes de instalación que pueden presentar para algunos usuarios, la domótica es, hoy por hoy, una tecnología al alcance de unos pocos privilegiados.